La tormenta diaria que el presidente Donald Trump desata desde su cuenta de Twiter ya es algo tomado como normal en la vida política de Estados Unidos, pero numerosos medios han recogido la inquietud de su círculo cercano por la imposibilidad de controlar al magnate. La preocupación se centra sobre todo en los ataques a los miembros de su propio partido que no se alinean con sus deseos y estilo de gobernar.
La más reciente guerra de tuits la entabló con el republicano Bob Corker, líder del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, antiguo partidario de Trump y ahora acérrimo crítico.
En sus primeros tuits mañaneros, Trump soltó que la política estadounidense hacia Corea del Norte, quien avanza en el desarrollo de su programa nuclear, ha sido fallida desde hace 25 años.
“Nuestro país ha tratado sin éxito con Corea del Norte durante 25 años, dando miles de millones de dólares y no recibiendo nada. ¡La política no funcionó!”, dijo el mandatario desde su cuenta de la red social Twitter.
Coincidentemente, en una entrevista publicada en el diario The New York Times, Corker continuó la crítica que inició en su cuenta de Twitter contra Trump, donde escribió: “es una lástima que la Casa Blanca se haya convertido en un centro de cuidado de adultos”, y ayer señaló que Trump está “encaminando” a Estados Unidos hacia “la III Guerra Mundial”.
“Sé que todos los días en la Casa Blanca se convierte en una situación para tratar de contenerlo”, explicó Corker.
“Me preocupa”, agregó el senador, quien afirmó que los tuits presidenciales perjudicaron en varias ocasiones negociaciones diplomáticas. Solo algunos ministros importantes protegen, según él, a Estados Unidos del “caos” y son capaces “de disuadirlo cuando se excita, de calmarlo y de continuar trabajando con él antes de tomar una decisión”.
“Actúa como si estuviera haciendo ‘El aprendiz’ o algo así”, remató.
La entrevista sucedió luego de que Trump atacó a Corker en una serie de mensajes de Twitter, en que sostuvo que el senador le había “rogado” por su apoyo para continuar en el Senado, tal como supuestamente había hecho antes para ocupar la cartera de la Secretaría de estado.
Otros republicanos son duros críticos de Trump, como John McCain o el hombre fuerte del Senado, Mitch McConnell, quien nunca fue más allá de afirmar que no era “un fan de los tuits del presidente”. Pero el senador Corker parece inclinado a denunciar el peligro que supone la personalidad, no las ideas, del presidente estadounidense.