/ viernes 29 de diciembre de 2017

Tribunal Constitucional de Alemania aprueba prisión para el "contable de Auschwitz"

Gröning había admitido en el proceso su "complicidad moral" en las muertes de Auschwitz, donde cumplió labores tales como la incautación y administración del dinero y las pertenencias de quienes llegaban como deportados

 El Tribunal Constitucional (TC) alemán rechazó hoy el recurso contra el ingreso en prisión del llamado "contable de Auschwitz", el exmiembro de las SS hitlerinanas Oskar Gröning, de 96 años, condenado en 2015 a cuatro años de cárcel por complicidad en la muerte de 300.000 judíos.



La defensa del acusado había alegado que los tribunales no habían tenido en cuenta el precario estado de salud del condenado, lo que vulnera, según la argumentación, "su derecho fundamental a la vida y a la integridad física".



El TC corrobora las decisiones previas a las apelaciones presentadas por el acusado este año ante la Fiscalía de Hannover, la Audiencia Provincial de Lüneburg y la Audiencia Territorial de Celle sucesivamente, según las cuales el cumplimiento de la condena, ratificada en 2016 por el Tribunal Supremo, no pone en peligro la salud o la vida del nonagenario.



El tribunal subraya que los problemas de salud existentes del acusado pueden ser tratados con las correspondientes medidas médicas.



Recuerda, asimismo, que en caso de registrarse "cambios negativos considerables en el estado de salud" del condenado durante su estancia en prisión, existe siempre la opción de interrumpir parcialmente la pena de cárcel por la de libertad condicional.



El proceso contra Gröning, nacido en 1921, fue exponente de los juicios tardíos por crímenes del nazismo, abiertos tras el precedente marcado por el caso del ucraniano John Demjanjuk, condenado en 2011 a cinco años de cárcel por complicidad en las muertes del campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada.
 


Gröning había admitido en el proceso su "complicidad moral" en las muertes de Auschwitz, donde cumplió labores tales como la incautación y administración del dinero y las pertenencias de quienes llegaban como deportados.



El procesado había mostrado su arrepentimiento y pidió perdón a los supervivientes y familiares de las víctimas de la acusación particular, además de lamentar no haber actuado en consecuencia ante unos crímenes de los que, dijo, fue perfectamente consciente.



La condena a cuatro años de cárcel superó la petición de la fiscalía -que había solicitado tres años y medio-, mientras que la defensa pedía la libre absolución del acusado.



Gröning había ingresado con veinte años en las Waffen-SS, en 1941, y dos años después empezó a servir en Auschwitz, donde asumió el cometido de incautar las pertenencias de los deportados, con lo que contribuyó a financiar al III Reich, ya que se encargaba asimismo de hacer las correspondientes transferencias a Berlín.
 


La acusación se centró en su papel en la llamada "Operación Hungría", de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 fueron asesinados.
 


A Gröning, quien tras la caída del nazismo pasó por un campo de internamiento británico y luego volvió a la vida civil como contable en una fábrica de vidrio, se le había abierto sumario en 1977, pero quedó sobreseído en 1988.



Su juicio estuvo marcado por frecuentes interrupciones por enfermedad del procesado, lo mismo que había ocurrido con el de Demjanjuk, quien murió unos meses después de escuchar sentencia en un hospital geriátrico.

 El Tribunal Constitucional (TC) alemán rechazó hoy el recurso contra el ingreso en prisión del llamado "contable de Auschwitz", el exmiembro de las SS hitlerinanas Oskar Gröning, de 96 años, condenado en 2015 a cuatro años de cárcel por complicidad en la muerte de 300.000 judíos.



La defensa del acusado había alegado que los tribunales no habían tenido en cuenta el precario estado de salud del condenado, lo que vulnera, según la argumentación, "su derecho fundamental a la vida y a la integridad física".



El TC corrobora las decisiones previas a las apelaciones presentadas por el acusado este año ante la Fiscalía de Hannover, la Audiencia Provincial de Lüneburg y la Audiencia Territorial de Celle sucesivamente, según las cuales el cumplimiento de la condena, ratificada en 2016 por el Tribunal Supremo, no pone en peligro la salud o la vida del nonagenario.



El tribunal subraya que los problemas de salud existentes del acusado pueden ser tratados con las correspondientes medidas médicas.



Recuerda, asimismo, que en caso de registrarse "cambios negativos considerables en el estado de salud" del condenado durante su estancia en prisión, existe siempre la opción de interrumpir parcialmente la pena de cárcel por la de libertad condicional.



El proceso contra Gröning, nacido en 1921, fue exponente de los juicios tardíos por crímenes del nazismo, abiertos tras el precedente marcado por el caso del ucraniano John Demjanjuk, condenado en 2011 a cinco años de cárcel por complicidad en las muertes del campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada.
 


Gröning había admitido en el proceso su "complicidad moral" en las muertes de Auschwitz, donde cumplió labores tales como la incautación y administración del dinero y las pertenencias de quienes llegaban como deportados.



El procesado había mostrado su arrepentimiento y pidió perdón a los supervivientes y familiares de las víctimas de la acusación particular, además de lamentar no haber actuado en consecuencia ante unos crímenes de los que, dijo, fue perfectamente consciente.



La condena a cuatro años de cárcel superó la petición de la fiscalía -que había solicitado tres años y medio-, mientras que la defensa pedía la libre absolución del acusado.



Gröning había ingresado con veinte años en las Waffen-SS, en 1941, y dos años después empezó a servir en Auschwitz, donde asumió el cometido de incautar las pertenencias de los deportados, con lo que contribuyó a financiar al III Reich, ya que se encargaba asimismo de hacer las correspondientes transferencias a Berlín.
 


La acusación se centró en su papel en la llamada "Operación Hungría", de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 fueron asesinados.
 


A Gröning, quien tras la caída del nazismo pasó por un campo de internamiento británico y luego volvió a la vida civil como contable en una fábrica de vidrio, se le había abierto sumario en 1977, pero quedó sobreseído en 1988.



Su juicio estuvo marcado por frecuentes interrupciones por enfermedad del procesado, lo mismo que había ocurrido con el de Demjanjuk, quien murió unos meses después de escuchar sentencia en un hospital geriátrico.

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