El Ejército chileno llevó este sábado varias tanques de guerra al centro de Santiago Chile para contener las protestas ciudadanas, que nacieron contra el alza del precio del metro de la capital pero que se han extendido por el país acogiendo un descontento general por la carestía y la desigualdad.
La avenidas que llegan a la céntrica Plaza Italia de Santiago de Chile se encuentran cortadas por tanques del Ejército, que recurrieron a este método para tratar de repeler las protestas y enfrentamientos que se estaban produciendo.
Se trata del primer día de protesta ciudadana bajo el estado de emergencia que decretó el Gobierno como medida de contención de los disturbios violentos en que derivaron las manifestaciones contra el alza del precio del metro de Santiago.
Esta subida de precio prendió la mecha del descontento general de una parte de la sociedad chilena por la desigualdad registrada en el país.
En la capital, las autoridades han reportado de momento cinco autobuses urbanos quemados y una estación de metro en llamas.
Ante este hecho, la empresa de autobuses urbanos de la capital chilena, el Transantiago, determinó suspender temporalmente todas las operaciones de superficie por no contar con condiciones de seguridad para conductores y usuarios.
Esta medida se suma al cierre de toda las líneas del metro decretada este viernes, después de que 41 estaciones fuesen quemadas o siniestradas.
En varias comunas de la capital se puede escuchar el ruido de ollas a manera de protesta, mientras decenas de conductores hacen sonar las bocinas de sus autos a su paso por calles y avenidas de la ciudad.
Karla Rubila, la intendenta de la Región Metropolitana, en la que se ubica Santiago de Chile, dijo que se necesita acabar con la violencia para poder encontrar una solución.
"Hemos tenido eventos de violencia hoy día que ha generado disturbios en varios sectores de la capital y que nos ha obligado a tener que sacar el transporte público de las calles porque no pueden transitar y obviamente por razones de seguridad también", comentó.
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, dijo que la ciudad se encuentra ante una situación "nunca antes vista".
"Mi generación al menos no nos había tocado, ni en dictadura y posdictadura ver destrozos como estos. Lo evaluamos hasta la fecha en más de mil millones de pesos (sobre 1,4 millones de dólares): mobiliario urbano, luminarias, basureros, las estaciones de Metro, más de 40 semáforos", detalló.
"La situación es caótica, y frente a eso le pedimos al presidente de la República tomar todas las medidas en facultad de la ley para mantener el orden y la seguridad", agregó el alcalde.
La comuna de Santiago anunció la suspensión de las clases hasta el próximo miércoles.
Por otra parte, varias cadenas de cine y de supermercados han cerrado.
Las manifestaciones, que hasta esta jornada se concentraban únicamente en Santiago de Chile, se han extendido a otras ciudades del país, como a la ciudad de Concepción (centro-sur) de Chile, donde se han registrado enfrentamientos con los Carabineros, o en Rancagua (centro).
También se han registrado manifestaciones en Viña del Mar y San Antonio (costa central).
Después de que el presidente Sebastián Piñera decretara el estado de emergencia, los militares se desplegaron en varias zonas de la capital, que amaneció tranquila tras los graves incidentes del viernes, en los que grupos violentos protagonizaron barricadas, saqueos en comercios y la quema y destrozo de varias estaciones de metro, autobuses y mobiliario urbano.
Sin embargo, según transcurría la jornada del sábado, algunas decenas de personas se agrupaban en puntos neurálgicos como la céntrica Plaza Italia o la comuna de Maipú (en el suroeste de la capital) para protestar cacerola en mano.
Unidades militares y policiales del cuerpo de Carabineros acudieron a contener las protestas, que derivaron en algunos enfrentamientos, principalmente en Plaza Italia.
El domingo pasado el Metro de Santiago, una empresa privada en cuya propiedad participa el Estado chileno, aumentó en 30 pesos el precio del ticket en hora punta, hasta situarse en 830 pesos (unos 1,2 dólares).
En protesta por la subida de los boletos, cientos de ciudadanos, en especial estudiantes de secundaria y universitarios, iniciaron el pasado lunes entradas masivas al suburbano y levantaron las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresasen a los andenes sin pagar.
Para contener los brotes de protestas, además del estado de emergencia, el Gobierno chileno invocó a ley de seguridad del Estado, una legislación que regula los delitos contra la seguridad interior del país y que endurece las penas para aquellos que resulten culpables de los desórdenes y disturbios.
La vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Loreto Carvajal, citó a todos los jefes de bancada para tratar la crisis que enfrenta el país.
La diputada del opositor Partido Comunista Karol Cariola criticó que Piñera decretase el estado de emergencia, algo que consideró como un "error absoluto" que supone "abdica el control político y lo cede a los militares".
"El Estado de emergencia debe ser revocado", aseveró.